En ocasiones resulta difícil explicar lo recomendable de una mecanización o digitalización de la obra previo al inicio de los trabajos. Esto redunda en costes iniciales, en muchos casos sólo un día de trabajo de oficina y campo para obras pequeñas, pero mejora la eficacia, la productividad, minimiza posibles errores y supondrá un ahorro de costes.
Hoy en día, un único topógrafo que disponga de las herramientas adecuadas puede hacer el trabajo que antes hacían un equipo de 4 personas, es cierto que es necesaria la intervención de un peón para trabajos de replanteo, pero los levantamientos topográficos sólo necesitarán de un operario que conozca la metodología de trabajo y que elementos tomar.
La revolución digital permite que en una libreta de campo disponga en su memoria de todos los elementos a replantear, que una nube de puntos traslade el campo a la oficina para una posterior digitalización evitando tediosas y costosas operaciones de toma de datos, que un equipo GNSS con correcciones diferenciales evite materializar una poligonal o parar un replanteo por falta de bases o luz solar.
Es cierto que con un teodolito, una mira estadimétrica y una cinta métrica puedes replantear y levantar tu obra (dadme un punto de apoyo y moveré el mundo), pero es recomendable empezar a familiarizarse con acrónimos como BIM y SMART, procesos de registro y segmentación de nubes de puntos, equipos de laser scaner, uavs, softwares como Autodesk Revit, Archicad...